07 junio, 2009

Los primeros días con la Ja!

Recién cuando terminó el parto y mientras suturaban a Claudia, entró la obstetra al paritorio. Venía a explicarle que el no haber aplicado anestesia estaba dentro del plan, ya que, en teoría, Claudia tendría un espacio muy estrecho en el canal del parto, por lo que requería sentir mucho dolor para pujar con fuerza. La explicación nos pareció razonable, pero con el paso de los días nos fue sonando algo extraña, sobretodo por la tardanza en informarnos. ¿Por qué no nos avisaron del famoso plan para no hacer el loco toda la noche gritando por el anestesista?. Y si la estrategia no funcionaba, ¿Dónde estaba el resto del equipo médico para la cesárea de urgencia?....Mejor no pensar qué estaba haciendo el anestesista. Días después nos enteramos que Maribel era fanática de los partos sin anestesia así que la otra explicación sonó menos convincente aún.
Pero en fin, gracias a la ausencia de anestesia y luego de tan impactante experiencia, Claudia y Javiera estaban en un estado de consciencia extraño, obnubilado. Las dos ultra despiertas, con ganas de salir a pasear, conversar, llamar a todo el mundo, recibir visitas, etc. Aprovechamos al máximo esas primeras horas y luego vino el agotamiento.
Menos mal que la hospitalización fue familiar así que Felipe se encargó de Javiera mientras Claudia luchaba con los dolores y molestias del parto. Fue ahí cuando apareció "el señor del maletín", representado por Felipe, que con una pequeña maleta cargada de pañales y cremas se transformó en un experto en limpiar cacas, detectar pipis y evitar todo tipo de coceduras en el culete de la infanta.
La primera visita fue Abdel, que algo resfriado, tuvo que saludar a Javiera desde la puerta de la habitación, mientras ella lo recibía con la primera caca de su vida. Después vino Carolina y Ourania, luego Manolo, Teresa, Jóse y Cristina. El regreso a la casa fue al tercer día y, obviamente, a pie. Javiera en su cochecito disfrutaba del paseo, mientras nosotros intentábamos superar el ataque de pánico que se produjo al enfrentarnos a todos los peligros que hay en la calle: veredas muy altas, desniveles, algo de viento, escasa visibilidad para cruzar, españoles al volante y un sin fin de riesgos que antes nunca habíamos percibido. Gracias a Dios llegamos a salvo superando todos los peligros de una ciudad como Zamora.Los siguientes días nos permitieron ir conociendo mejor a Javiera: buena para comer, buena para dormir y buena para salir de paseo. Este gusto por los paseos resultó perfecto para enfrentar el tono amarillo que comenzó a aparecer en su piel, así que todos los días salíamos a tomar algo de sol, y aprovechábamos de disfrutar de un helado o una caña y presentar a nuestra infanta al selecto de grupo de amigos que tenemos en Zamora. Así, Javiera antes de tener una semana de vida ya tenía amplia experiencia en su vida social e incluso, ya había acompañado a sus padres a un bar.Pero no todo fue vida social. También en la casa, Ja! comenzó a tener nuevas experiencias. Así, mientras su madre la iniciaba en la música barroca, su padre le brindaba un concierto de batería. Al cuarto día de vida, Javiera perdió su ombligo, lo cual dio inicio a una relación bastante particular con el agua. ¡La odiaba!. Los primeros baños fueron espantosos: Ja! gritaba como si la estuvieran torturando y nosotros tan nerviosos y tensos nos comportábamos como buenos primerizos... Menos mal que con el paso del tiempo la cosa ha ido mejorando y nuestra pequeña infanta ya disfruta de su bañera, chapotea y se relaja, cual sirena.... (¡Gracias Carlos por el dato del pañal!!).Para celebrar la semana de vida de Ja! nos fuimos al merendero de los Tres Árboles, en las orillas del río Duero.Esa noche, Claudia comenzó con una extraña reacción luego del parto (aún nadie se explica qué pasó), con dolores tipo contracciones y fiebre muy alta que subió de 36° a 39° en casi una hora. Gracias a esto nos ganamos un fin de semana en la clínica, tuvimos que volver a ver a nuestra querida matrona y se alargó un poco más el proceso de recuperación. La imagen de Claudia arrodillada de dolor arriba del taxi (arrodillada en el asiento trasero mirando por el parabrisas trasero como cuando éramos niños), el chofer con cara de duda y Felipe corriendo por Zamora con Javiera en su cochecito, es digna de foto, pero no había quién la sacara.
Menos mal que la cosa se solucionó bastante rápido, aunque el tratamiento fue con oxitocina, una sustancia que provoca contracciones. Así, como si no hubiera tenido suficientes con las del parto, Claudia tuvo que soportar nuevamente los dolores de contracciones, eso si, esta vez con algo de analgesia... ¡nunca tan satánicos estos españoles!. A parte de eso, recibió amenazas de interrumpirle la lactancia (se la suspendieron toda la mañana) junto a otras minucias que empañaron en algo la primera semana de maternidad.

Así hemos ido avanzando, superando las grietas, un estafilococo y las precarias alternativas de salud que disponemos en Zamora. Afortunadamente, Javiera ni se ha enterado de esto ya que goza de estupenda salud, come y bebe como sibarita, derrocha buen humor y duerme como un lirón. Además, es una niña con una vida social impresionante, pues a sus escasas semanas de vida, ya ha asistido a un concierto de rock, un pic-nic, diferentes bares zamoranos, un almuerzo de trabajo de su padre, un paseo a Burgos, varias visitas a la biblioteca, una despedida, una función de títeres y un millón de paseos por la calle principal... ¡Joder tío, cuánto jaleo!!.

1 comentario:

Jorge dijo...

Hola Felipe,

Perdona que me contacte por este medio, pero he tratado de conseguir tu cuenta de correo por otros pero no he tenido respuesta... Busqué nuevamente tu blog en el grupo Google de estudiantes para poder escribirte.
Resulta que por intermedio de otra estudiante, Chiara, la revista Teknocultura se enteró de tu presentación de el Encuentro de Estudiantes en Barcelona y tiene la propuesta de hacer una publicación de una síntesis o de un artículo. Escribí a las personas que tenían los correos de los asistentes, pero nunca me llegó alguna respuesta. Te lo transmito por si te interesa.

Si quieres, me puedes enviar un correo a jcastillo.s@live.com y te reenvío la información original.

Ojalá estén muy bien.

Un saludo,

Jorge.

PS: Soy quien hizo la presentación sobre Teleasistencia Domiciliaria en la misma mesa que tú... Y el que te había hecho el comentario del Blog.